-ÉL-
"Si tú o la vida no me dejan quererte,
tendré que entrenar al odio.
Contigo no vale un sentir indiferente;
odio o amor, sin término medio.
Mi postura es concluyente.
No sé odiar-me repito-.
Así que dejaré que sea amor -me digo-, un amor diferente.
"Si tú o la vida no me dejan quererte,
tendré que entrenar al odio.
Contigo no vale un sentir indiferente;
odio o amor, sin término medio.
Mi postura es concluyente.
No sé odiar-me repito-.
Así que dejaré que sea amor -me digo-, un amor diferente.
Ese que se camufla y se contiene.
El que rescata recuerdos y los hace alimento.
El que remolonea y te espera en la cama,
envuelto en sábanas y hambriento.
Ese que se mantiene y agoniza sin continuo sustento.
El que revive tan pronto como lo empañe tu aliento.
Ese que se aferra a una mano aunque no lo sujeten.
Ese que espera en silencio, y en vano,
aunque su entierro preceda a su propia muerte".
El que rescata recuerdos y los hace alimento.
El que remolonea y te espera en la cama,
envuelto en sábanas y hambriento.
Ese que se mantiene y agoniza sin continuo sustento.
El que revive tan pronto como lo empañe tu aliento.
Ese que se aferra a una mano aunque no lo sujeten.
Ese que espera en silencio, y en vano,
aunque su entierro preceda a su propia muerte".
-ELLA-
"Te enseñaré a odiarme,
pondré tanto empeño
que volverás a quererme."
"Te enseñaré a odiarme,
pondré tanto empeño
que volverás a quererme."