Saber que estás ahí fuera y que, más pronto que tarde,
estarás aquí dentro y te parecerá el mejor lugar para hibernar.
Saber que aún no me has mirado a los ojos y que, en breve,
será tu paratiempo favorito.
Saber que no has probado mi piel y que un día será tu mejor caricia,
tu mejor abrigo.
Saber que apenas pronuncias mi nombre y que llegará el momento en que lo suspires cada noche.
Saber que seremos, que nos tendremos, que sincronizaremos latires,
que nos comeremos los miedos; tú los míos y yo los tuyos.
Saber que nos sonreiremos y no hará falta más,
y que nos haremos falta de más.
Saber que redescubriremos cada lugar,
que le daremos a la rutina una magia descomunal.
Saber que nuestro corazón crecerá y el alma se expandirá hasta envolvernos en una misma,
que brille y nos haga escalar. Escalar todas las cimas, descender todos los barrancos,
sortear cada obstáculo...Porque ¿sabes?, seremos más fuertes, nuestra energía será de otro color...
¿Sabes que nos besaremos a miradas y nos tocaremos el alma sin tacto?
Yo no sabía nada de esto, y así, sin conocernos, hoy te he adivinado.
Hoy me he atrevido a imaginar tus manos, a sentir como tu sonrisa encogería mi pecho
y acortaría mi respiración. Y hoy, he viajado contigo, hemos recorrido medio mundo...
Y todo, todo, todo con una sola mente: mi corazón. Esperando ahora nada y para mañana todo,
haciendo conjeturas sobre el amor, idealizando nuestro no futuro...
Ha sido él, el más entusiasta, el más soñador: un corazón pensante tomando té frío en su sillón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario