domingo, 22 de marzo de 2015

Curiosidades


Si se me acusa de ilusa,
que me condenen a muerte por curiosa.

Desde pequeños, la curiosidad nos abre puertas.
Por mucho tiempo, es nuestro único camino.
Ver, tocar, oler, oír y degustar, nuestro único cometido.

Ahora y entonces, así descubrimos destinos.

Lo que dice una mirada,
o lo que trasmite una caricia,
no está en ninguna página, 
no lo dice una noticia.

A lo que evoca un olor,
a lo que suena una sonrisa
no se sabe por ser doctor,
ni mil libros lo descifran.

A lo que sabe una boca...
que me condenen a muerte por curiosa.

El aprendizaje por descubrimiento se llama,
donde la sorpresa es la artífice 
y la manipulación quien se lleva la palma.

Siempre mantengo con vida mi niña interior,
procurando buscar y, si no, crear
primeros momentos que despierten mi furor.

La exaltación de las primeras veces,
la sensación de aprender sin maestros ni jueces.



No hay comentarios:

Publicar un comentario